10.7.10

Cronica de "Dios, una comedia" En Cehegín el dos de julio


Cuestión de talento (Nosotros no nos comprometemos)

No parece tarea sencilla la de definir a un pueblo, a sus habitantes, al carácter de éstos, menos aún si para hacerlo hemos de tomar como referencia una obra literaria cuyos personajes y contexto se sitúan a miles de kilómetros, y algunas décadas, del pueblo en cuestión. Lo que uno percibió, el pasado viernes, 2 de julio, en la representación que el grupo de teatro “El Molino” llevó a cabo en Cehegín, tiene que ver, en buena medida, con ese primer enunciado. “Dios, una comedia”, es el título de la obra representada; Woody Allen, autor a quien todos creemos conocer, el autor de la misma; “El Molino”, o mejor, quien lo dirige, fue el encargado de realizar tan extraña extrapolación; los actores de “El Molino”, ejecutores que dieron forma al experimento. Esa combinación de elementos, a priori, tan dispares, obtuvo el beneplácito de los congregados para el evento: la representación, una vez más, colmó las expectativas de un público que fielmente acude cuando los chicos y chicas de El Molino anuncian un nuevo estreno. El rango de edades, del elenco que nos hizo reír a mandíbula batiente, es amplio, sin embargo, el espíritu que prevalece, cada vez que tengo la fortuna de verles actuar, es un espíritu muy joven, tanto en las formas de representar sus obras, como en el fondo de esos últimos mensajes que nos acompañan cuando abandonamos el teatro. Y es que, con las obras de El Molino, me ocurre aquello que otros muchos dicen sentir cuando una obra de teatro, cine, o cualquier otra manifestación escénica, les deja prendados por unos días, durante los cuales, nuestra visión de la cotidianidad se ve influida por esas dos memorables y reconfortantes horas. Las de “Dios, una comedia”, que nos regalaron estos maestros de la escena, cuando escribo, tres días después de su representación, tras haber contrastado mis opiniones con las de otras personas que asistieron a la misma, me reafirman en una idea elemental: el talento no requiere finanzas de por medio, ni anuncios propagandísticos, ni Periódico de Cehegín que les dé cobertura, el talento se manifiesta del único modo que puede hacerlo, en estado puro.
A punto de terminar, me doy cuenta de que, antes de empezar a escribir, puse título a este escrito: “Nosotros no nos comprometemos”, acabo de relegarlo a un segundo plano. Claro, se trataba de definir a un pueblo, tesitura que me prendió y de la cual surge este escrito; las voces a coro de los actores aún resuenan, allí donde pueden hacerlo, en mis tímpanos: por un par de veces, durante el desarrollo de la obra, emitieron esas cuatro palabras, grabadas se me quedaron. Pero éstas, desgraciadamente, no me son ajenas, está uno demasiado acostumbrado a escucharlas en éste mi pueblo, el pueblo de mis padres, de mis abuelos, el pueblo de mis hijos, que ojala, un día, alcance a entender que hay vida más allá de las lisonjas, más allá del autobombo, más allá de la condescendencia y del avasallamiento. Entre tanto, mientras Cehegín despierta de su letargo, nos queda “El Molino”.

Santos López Giménez




28.12.09



El grupo de teatro El Molino surge a principios de los años noventa a partir de un grupo de amigos y clientes del, entonces, pub El Molino. El grupo inicia su labor artística con la interpretación de "Don Juan Tenorio tocólogo", una adaptación localista de J.L. Barberan de la obra ejemplar de José Zorrilla, que causa furor entre el distinguido publico de Cehegín. Para el año 1995 el grupo prepara "Historia de un Pechicidio o La venganza de Don Lauro", de Lauro Olmo; en el año 1996 El Molino interpreta "La venta del Ahorcado", de Domingo Miras Molina, haciendo actuaciones tanto en la Casa de la Cultura de Cehegín como en el parque Juan Carlos I.
En 1997 el grupo actúa con una recopilación de obras de diversos autores destacando entre ellas "Campillo", "El Séptimo Sello" de Woody Allen, "Te Quiero Zorra" de Francisco Nívea y "Una Petición de Manos" de Antón Chejov. Para la muestra de teatro de 1998 en grupo interpreta "Los Dioses y los Cuernos" de Alfonso Sastre, a esta obra le sigue la interpretación de la magistral obra "El Sueño de la Razón"de Antonio Buero Vallejo, realizando actuaciones en la Muestra de Teatro y en las fiestas patronales, Para el año 2000 en grupo representa como teatro leído el genial monólogo titulado "Tengamos el sexo en paz" escrito por Dario Fo, Japoco Fo y Franca Rame.
Durante los seis años siguientes el grupo de teatro El Molino permanecio sin actuar para regresar en el 2007 con la que sin duda es su obra insignia el "Don Juan Tenorio Tocólogo", el grupo regreso con fuerza, con nuevas incorporaciones y sangre joven para así interpretar en el año 2008 la magnifica obra "La Saturna" de Domingo Miras. Por último, en el año 2009, el grupo pone en escena la obra "Los Cuernos de Don Friolera", del esperpentico Valle-Inclan, realizando diversas actuaciones en Cehegín, Barranda o Bullas.

Los Cuernos de Don Friolera

La Saturna

Don Juan Tenorio Tocologo 2007

Tengamos el sexo en paz

Una peticion de manos

El septimo sello

campillo

Te quiero zorra

La Venta del Ahorcado

don juan tenorio tocologo